El reto de este Verano

La Herradura – Peña Escrita (14/8/2013)
«Buscar la felicidad es maravilloso, encontrarla es atroz. Nos cuesta mucho aceptar esto. Nos cuesta mucho aceptar que las metas son un invento. Si le ponemos un ascensor a la montaña ningún alpinista lo utilizaría, porque el «hacer cumbre» para él no es más que un pretexto en su desafío de escalador. Esto se aplica en todas las cosas de la vida.»
Dalmiro Sáenz
DSC_7226Hace ya algún tiempo, visité Peña Escrita. En aquella ocasión lo hice junto a un buen amigo, Juan Ramón. Los primeros kilómetros, hasta cerca de El Rescate, con la comodidad del coche; y el resto, hasta todo lo alto de Peña Escrita, andando. En aquel momento lo consideramos toda una proeza.
Pero nos quedamos con las ganas de haber hecho todo el recorrido andando, es decir, montados en el «coche de San Fernando, que no es más que un ratito a pié y otro andando».
Y llegó este verano. Con 900 km del Camino de Santiago a mis espaldas, me propuse un desafío: subir andando desde el paseo de Andrés Segovia de La Herradura hasta Peña Escrita. Iban a ser alrededor de unos 18 km cuesta arriba y otros tantos más cuesta abajo. Teniendo en cuenta el ritmo conseguido en el Camino, calculé que me iba a llevar unas 4 horas y media en la ascensión. Tenía que tener en cuenta que la pendiente media iba a ser de alrededor del 16% con picos de hasta 25%. Pero, por otro lado, iba a ir bastante más ligero, no cargaría con los casi 10 kg que pesaba la mochila que llevé al Camino. Eso sí, la cámara Nikon D80, una vez reparada, y el objetivo que tan buen resultado me ha estado dando, Tamron 18-270, me los iba a llevar conmigo.
De nuevo me preparé para el evento comprando una mochila más ligera y pequeña que la que usé en el Camino, con el tamaño apropiado para acarrear lo mínimo imprescindible, bebida, para evitar la deshidratación, y algo de comida, un bocadillo, para reponer fuerzas.
Y por último, como no iba a encontrar barro, opté por ir con unas zapatillas de deporte, más ligeras que las botas y adecuadas para lo que iba a realizar. Iba a recorrer caminos, en su mayoría, desgraciadamente para el caminante pero no para los que viven o trabajan por la zona, asfaltados. Y no me iba a olvidar de algo que es casi imprescindible para el caminante: los bastones. No solo para ayudarte a mantener el equilibrio en veredas y en caminos que muestren cierta dificultad, los bastones, una vez que los hayas utilizado, los considerarás imprescindibles en la práctica del senderismo. El uso adecuado de los bastones reparte el esfuerzo de las piernas y sus articulaciones con los músculos de los brazos y pecho, de tal modo, que el ejercicio es más completo y equilibrado, lo que aumenta tu rendimiento físico y, por tanto, puedes proponerte unas metas más ambiciosas. También te ayuda a marcar un ritmo constante, lo que también redunda en una mayor eficiencia. Y también, a veces, te sirve como arma de defensa personal, sobre todo, si algún perro que se te cruza por el camino viene con ánimo poco amigable.
Conseguí animar, sin mayores problemas, a Juan Carlos, cuñado de Juan Ramón, también amigo y además vecino de la urbanización Rosa Náutica, de La Herradura, y el día 23 de Agosto, un poco antes de las 7:00 salimos rumbo a Peña Escrita. Sabíamos que nos esperaban varias horas de caminata, y para evitar el intenso calor mientras estuviésemos ascendiendo decidimos iniciar la marcha nada más salir el sol.
DSC_7229El trazado a recorrer discurre en su mayoría por el valle del río Jate, la rambla que desemboca en La Herradura y que en la mayor parte del año el caudal de agua es escaso o inexistente. Aunque a veces da algunos sustos, característico de las ramblas que existen a lo largo de toda la costa mediterránea con intensos caudales ocasionales motivados por las lluvias torrenciales que suelen darse con el fenómeno de gota fría.

DSC_7227La subida

LaHerradura_PeñaEscritaSalimos del aparcamiento de la Rosa Náutica, urbanización situada al final del Paso de Andrés Segovia. Cruzamos por debajo de la antigua carretera, la N-340, y nos dirigimos hacia el inicio de la cuesta del Marchante. Nada más iniciar la cuesta y después de haber andando 1,3 km nos encontramos con un conjunto de flechas señalizadoras con los kilómetros que nos esperan por delante:

  • El Cerval 4,5 km
  • El Rescate 8 km
  • Peña Escrita 12 km

Aunque nos está indicando que Peña Escrita está a 12 km de donde nos encontramos, esta distancia es equívoca. Los 12 km que indica son los que hay hasta la entrada de Peña Escrita. Pero a partir de la entrada hay que recorrer varios kilómetros, hasta 4,5 km, para llegar a las zonas de interés del parque natural.
Continuamos subiendo por la cuesta de El Marchante entre un pinar que aparenta haber sido reforestado hace pocos años, en un lado y en el otro, la autovía, hasta que llegamos al collado que se encuentra entre el Cerro del Gorbal y el Cerro de la Capellanía, después de haber recorrido 3 km y de pasar por encima del túnel de la autovía.
Mientras ascendemos no dejamos de admirar La Herradura a lo lejos, con su característica forma de donde ha tomado su nombre, flanqueada por la Punta de la Mona en un extremo, y en el otro, sin ser visible en este instante del recorrido, Cerro Gordo. A mitad de la cuesta se encuentra una de las pocas fuentes que nos encontraremos por el camino, la Fontanilla del Marchante. La pendiente de algunos tramos ha llegado a ser casi del 30%, aunque la media ha sido superior al 13%. No está mal para el inicio. A esta altura podemos divisar entre una cierta bruma matutina la cuenca del arroyo de Cantarriján y al fondo las playas de Maro y la población de Nerja.
DSC_7231A partir de ahí discurrimos por el Camino del Cerval, trayecto sin mayores problemas con una pendiente media de aproximadamente el 1,5%. Después de pasar varios chalets construidos sobre la divisoria y dejar atrás  la Casa del Cura, llegamos a una zona conocida como El Cerval (Alto) donde se encuentran varios cortijos, pero antes de llegar a este lugar  descendemos un tramo de casi 1/2 kilómetro con una pendiente media del 18%.
DSC_7241 DSC_7240Es de ahí de donde sale (o llega, según se mire) un camino, también asfaltado, que une El Cerval (Alto) con El Cerval Bajo. Más adelante comentaremos esta encrucijada de caminos.
DSC_7244Continuamos andando y nos vamos aproximando a la zona denominada El Rescate, con múltiples cortijos desperdigados por doquier. Continúa siendo el camino sin pendiente apreciable.
DSC_7246 DSC_7247 DSC_7249 DSC_7250 DSC_7268 DSC_7276 DSC_7281 DSC_7282 DSC_7286DSC_7287Rebasado El Rescate y cuando ya llevamos andados unos 12,5km llegamos a un sitio donde a nuestra izquierda se encuentra situado el cortijo de La Bóveda, que consta de una construcción reciente y, junto a la misma, una nave muy antigua con muros y enormes contrafuertes de piedra que sujetan un techo abovedado, igualmente de piedra.
DSC_7298Sobre esta edificación se conoce muy poco de ella, o yo he sido  incapaz de encontrar información. Lo poco que he encontrado dice que fue una iglesia cristiana construida por los Visigodos en el Siglo VII. Y otro lugareño nos dijo que era una mezquita de la época de los árabes que ocuparon la zona después de los Visigodos. Supongo que alguien, al ver el estilo de la construcción, una lástima que esté algo ruinosa, podrá datar con mayor precisión la época en que se construyó.
DSC_7319 DSC_7334Llegando a la entrada de Peña Escrita se puede observar a lo lejos la estructura de la nave con sus poderosos contrafuertes externos y su techo abovedado.
A partir de este punto empieza realmente el reto. De una cota de 460m vamos a ascender a otra de 1.100m en un recorrido de solo 5,3 km, es decir, una pendiente media de 12%.
Mientras empezamos la ascensión nos cruzamos con un cortijo que tiene un depósito de riego con un curioso espantapájaros.
DSC_7291Un poco antes de llegar a la divisoria que da a la cuenca del río Seco nos paramos a tomar el bocadillo que llevábamos cada uno y agotamos la reserva de agua que aún nos quedaba. Por cierto, no pudimos con los bocadillos. No había quien se los tomase sin tener nada para beber. Los más de 14km que habíamos caminado y el sol que llevaba rato dándonos de lleno ante los pocos árboles que nos pudieran dar sombra mientras nos movíamos hizo que bebiésemos tanto como que nos quedamos sin reserva para el último trecho.
DSC_7309Por fin, llegamos a la divisoria (13,8km recorridos) y allí otras flechas nos indicaban las distancias que desde este cruce existían a los distintos sitos a los que podíamos ir:

  • El Rescate 4km
  • El Cerval 7km
  • La Herradura 12km
  • Peña Escrita 2km

Pero como ya habíamos indicado, los 2km a Peña Escrita correspondían hasta su entrada. Será para que la gente que llega a este punto no llegue a desanimarse si se encuentra con un cartel que le indica que aún tiene que recorrer más de 4,5km para llegar a destino.DSC_7310 DSC_7313 DSC_7329 DSC_7315
DSC_7340DSC_7346A las 4 horas y 11 minutos de haber emprendido la marcha y recorrer unos 15 km pasábamos por la entrada de Peña Escrita. Y aún nos quedaba un buen trecho para llegar hasta el final. A una velocidad media de 3,5 km/h aproximadamente, quedaba muy lejos de la media alcanzada en el camino, en donde llegábamos a alcanzar medias superiores 4,5 km. Seguro que sería por el calor y por la dificultad del recorrido.
DSC_7328 DSC_7294DSC_7389 DSC_7352 DSC_7337 DSC_7368 DSC_7320DSC_7395Finalmente a las 5 horas y 22 minutos, después de haber recorrido un total de 17km llegamos al restaurante/merendero Los Bañuelos… y descansamos.
DSC_7390Después de recuperar líquidos, bebiendo lo inimaginable – cerveza, Aquarius, agua y más agua, también recuperamos energía tomando unos platos de lo más típico, a base de huevos fritos, patatas y chorizo y pan, mojándolo en la yema del huevo. Qué rico estaba todo. Cuando estás casi desfallecido no hay nada como un buen atracón. Lo regamos con más cerveza y agua y lo completamos con un bombón helado. Estuvimos en esta fase de recuperación más de una hora a la sombra. Y una vez comprado provisiones para el regreso, es decir, 2 botellas de 2 litros de agua, y pagado todo lo que habíamos consumido, emprendimos la marcha de regreso.

La Bajada

PeñaEscrita_LaHerraduraEran sobre las 13:30 cuando emprendíamos la marcha de regreso a La Herradura. Nos quedaba desandar lo andado, pero sobre todo con la precaución de no destrozarnos las rodillas. Las pendientes que nos encontraríamos en el descenso iban a ser muy pronunciadas y no era cuestión de bajar alegremente y lastimarnos.
DSC_7373 DSC_7408 DSC_7409 DSC_7380 DSC_7412El sol estaba en todo lo alto, el calor empezaba a ser sofocante y era difícil encontrar un árbol que nos diese sombra mientras ibas andando. Al principio fue llevadero, pero poco a poco nos fue saliendo el cansancio acumulado durante todo el día. Pero continuamos andando con la esperanza de que el regreso nos iba a ser más soportable.
Cuando llevábamos recorridos unos 4 km apareció un todoterreno con una persona conduciéndolo que se paró junto a nosotros extrañado de vernos bajo un sol de justicia que nos machacaba. Nos contó parte de su vida, de que había trabajado en la construcción de infraestructuras, con FCC, y que ahora estaba trabajando en el servicio de limpiezas de Almuñecar. Se ofreció a llevarnos un poco más adelante pero declinamos la invitación. También se ofreció a darnos agua fresca de un pozo que tenía en su finca que se encontraba un poco más abajo. Nos encaminamos hacia allí, unos 400m más abajo, y curiosamente llegamos al depósito de agua que ya en la subida nos había llamado mucho la atención.
DSC_7292Junto al depósito, y como ya había comentado con anterioridad, había puesto un espantapájaros muy peculiar. Consistía en un cuerpo de maniquí con una cabeza de muñeca. Eso sí, el maniquí llevaba puesto un bikini. No se si sería por un problema de censura o simplemente por no escandalizar a los vecinos, pero el maniquí con su cabeza de muñeca (desproporcionadamente pequeña) y su bikini sorprendía a cualquiera que pasase por ahí. El buen señor nos contó que se vio obligado a poner un espantapájaros porque los pájaros se le comían los peces que estaba criando en el depósito de riego que hacía las veces de mini piscifactoría, al no estar cubierto el depósito. Nos contó también que este valle, el del río Jate era muy rico en aguas subterráneas. También la persona que nos contó la historia del cortijo de La Bóveda, el que nos dijo que venía de los árabes o de mucho más antiguo. Repusimos las botellas con el caño de agua fresca que salía al poner en marcha el motor que llena el depósito y continuamos el camino.
DSC_7416 DSC_7421 DSC_7422Cuando llegamos a El Cerval nos encontramos en una situación harto curiosa. Del camino por donde íbamos salía otro que se dirigía hacia El Cerval Bajo; y si continuábamos por el que íbamos teníamos que subir un repecho que se nos antojó demasiado pronunciado. Recuerdo a Juan Carlos decir cuando íbamos hacia Peña Escrita y pasar por este lugar que a la vuelta nos acordaríamos de lo que habíamos bajado en este trecho pues lo tendríamos que tomar de subida. Pero no fue así. No se la razón pero llegados a este punto tiramos, sin razón aparente, por el camino equivocado. Nos dejamos autoengañar con tal de no tener que caminar un trecho bastante pronunciado cuesta arriba. Esto supuso que si a la ida habíamos andado 17,4 km, la vuelta se hizo algo más larga, siendo de casi 19 km.
La pendiente media que existe entre El Cerval Alto y El Cerval Bajo es de un 14 % existiendo picos del 21 %. Con tales pendientes, si te dejas llevar te aceleras, pudiendo llegar a ser perjudicial para nuestras rodillas. Para evitar destrozarnos las rodillas, tuvimos que ir frenándonos mientras bajábamos lo que repercutió en unas intensas agujetas en los gemelos de las piernas.
En una alberca estaban sobre un madero y expuestas al sol varias ranas que parecían petrificadas. No había manera que se moviesen. Les echamos piedras con cuidado, para solo asustarlas y así tratar de captar un salto de rana, pero no hubo manera.
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Después de la pronunciada bajada en donde nos agotamos progresivamente, llegamos finalmente a la cota de 100m y a partir de ahí el esfuerzo se redujo de forma drástica. Pero llevábamos recorridos 30,5 km y el cansancio era enorme. No podíamos ni con nuestra alma. En este punto Juan Carlos y yo nos separamos.
DSC_7442 DSC_7438Me encontré con un ‘bicho’ que parecía un saltamontes, pero que no se asustó al casi tragármelo mientras andaba, y, por tanto, no saltó. Continuó en la rama y aproveché para hacerle unas fotos. Al final averigüe que era una chicharra alicorta macho.
DSC_7446Crucé por debajo de la autovía, llegué hasta la nacional N-340, crucé por el puente sobre el cauce del río Jate, tomé la calle que conduce al cine de verano para una vez llegado al paseo de Andrés Segovia tiré hacia La Rosa Náutica no sin antes dejar de pasar por el nuevo puente sobre el río Jate. Eran las 18:42 cuando entraba por el aparcamiento de la Rosa Náutica.
DSC_7450El reto de verano había sido superado. Objetivo cumplido. Ahora solo me quedaba descansar y reponerme del palizón que me había metido en el cuerpo. Repuse líquidos, me eché una profunda siesta y al día siguiente estaba casi como nuevo. Eso sí, aún notaba ciertas agujetas en los gemelos de las piernas.

Reflexiones y Consejos

En la subida nos quedamos cortos con el agua. Recomiendo llevar suficiente agua para ir reponiendo la pérdida por sudoración. También es recomendable reponer las sales que se van perdiendo con la sudoración. En especial, el sodio, el potasio y el magnesio. Si nos falta magnesio empezaremos a tener calambres y nos será imposible continuar. Un modo de paliar esta pérdida es tomando bebidas energéticas que su sabor algo salado se debe a la presencia de sales minerales. Encontraremos muchos minerales en las frutas, por lo que es recomendable llevar en la mochila. Por ejemplo ¿plátanos?
Al inicio de esta entrada he puesto una frase de Dalmiro Sáenz a propósito. Solo una observación al respecto de la felicidad. Encontrarla, a veces, no es tan atroz como el escritor dice. A veces, es agradable ser feliz ¿no? A Peña Escrita se puede ir más o menos confortablemente en coche, aunque el coche también sufre con las pendientes. Pero si hubiéramos  optado por el coche, no hubiera tenido ningún mérito. El reto estaba en subir andando, en tratar de superar lo que parcialmente había hecho con anterioridad. Tampoco pretendo hacer imposibles. Nunca me propondré ir a la Luna volando porque se que no puedo a tratar de ser el velocista más rápido del mundo porque nunca lo conseguiría. Pero el reto de subir andando a Peña Escrita estaba dentro de los retos posibles. ¿Porqué? porque había tenido una experiencia previa que me había permitido conocer hasta donde puedo dar de sí andando. Y lo conseguí. Si no hubiera sido así, no hubiera pasado nada. Sería cuestión de prepararme mejor para otra ocasión.
Entre el reto del Camino de Santiago y el de la subida a Peña Escrita encuentro bastantes diferencias, y no solo en los kilómetros recorridos o en los días dedicados. En el Camino tuve la sensación de que llegando a la meta se terminaba lo que con tanta ilusión había empezado. En la subida a Peña Escrita, el esfuerzo de solo un día, estaba deseando llegar a destino, sobre todo en la bajada; y no era por el enorme cansancio. El reto era de otro estilo.
En otra época que no sea la veraniega, probablemente debe ser un reto de menor exigencia, y eso levantamos para iniciar nuestra caminata próxima a la salida del sol, para aprovechar el frescor de la mañana. Quizás hubiera sido mejor haber empezado cuando el día empezaba a clarear.
Insisto en lo del agua. No escatimar esfuerzos en cargar con suficiente agua o bebidas energéticas  para todo el camino. Salvo la fuentecilla que nos encontramos en la cuesta del Marchante, al inicio de la caminata, no encontramos ninguna más. El buen señor que nos proporcionó agua a la vuelta nos dijo de una fuente cerca de El Rescate, pero que te tenías que desviar del camino ¿valía la pena desviarte unos cuantos cientos de metros?
También en algún portal de senderismo se recomienda llevar barritas energéticas y frutos secos, algo que todos hemos hecho alguna vez pero que esta vez no fue así.
Puede que con estas consideraciones no hubiera sido tan dura la caminata. Pero más de 37 km, y en pleno verano, no deja de ser un reto. Y así lo consideramos. Un reto al alcance de mucha gente. Y si por el camino empiezan a flaquear las fuerzas, mejor no continuar.
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Enlaces

Los dos recorridos, el de subida y el de bajada, se encuentran en los siguientes dos enlaces:

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6 respuestas a El reto de este Verano

  1. Cathy Walker dijo:

    Dear Juan,
    What an amazing hike! Thank you for putting up such an interesting commentary and great photographs.
    I think I would simply die in such heat. I would never be able to hike 37 kilometres in such heat.
    Canadian friend, Cathy

    • Dear Cathy,
      Glad to hear from you. How are you? The hike was a challenge in my summer time. And for sure, you will be able to walk such amount of Kms, in summer or in winter time. In the Camino you walked a lot, step by step. And be in mind that for this journey I was walking with a small backpack.
      Best wishes! Juan

  2. ¿Que mas nos puedes explicar?, ha sido fantastico encontrar mas informacion sobre este tema.

    Saludos

    • Muchas gracias por dejar un comentario.
      No sé en que más información podrías interesarte.
      No conozco mucho la zona, aunque ya llevo veraneando por la zona muchos años.
      Si me recomiendas algún otro itinerario o tienes más información al respecto, te lo agradecería mucho.
      Un saludo

  3. Enrique Ruiz Girela dijo:

    Gracias por el envío, Como es la subida a Peña escrita comparada con el Aneto?

    Buen Juan no pares, que ya habrá tiempo para la tranquilidad….

    Un abrazo

    • Enrique, gracias por tus comentarios. Comparar lo de Peña Escrita con la subida al Aneto me es realmente imposible hacerlo.
      Entiendo que la dificultad de subir al Aneto debe ser infinitamente superior.
      Y no por su altitud, pues al Mulhacén, que tiene una altura superior al Aneto, he subido varias veces sin apenas dificultad.
      Tampoco está dentro de mis objetivos plantearme retos difíciles de abordar.
      Pero la ascensión al Aneto, según se describe en Wikipedia, excede de la categoría de excursionismo o senderismo, entrando de lleno en la de alpinismo. También, se comenta en el enlace de Wikipedia que es una de las cimas más ascendidas de la zona, pero que también todos los años se suele llevar a alguien por delante.
      De todos modos, tu comentario ha hecho que me interese, y quien sabe si me lo llego a plantear como reto, que se quede en eso, o que finalmente decida enfrentarme con el reto.
      Un abrazo

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